El velatorio de Miguel Ángel Russo en la Bombonera dejó imágenes cargadas de emoción, pero hubo un detalle que conmovió especialmente a los hinchas: el cajón del histórico entrenador fue cubierto con una bandera azul y oro, símbolo de su amor eterno por Boca.
Este viernes, el cortejo fúnebre partió desde el estadio hacia el cementerio de Pilar, mientras cientos de simpatizantes se acercaban a despedirlo entre aplausos y lágrimas.
A diferencia de la jornada anterior, que reunió a miles de fanáticos y figuras del fútbol, la ceremonia final se realizó en un ambiente más íntimo, acompañado solo por familiares y allegados.
Parte de las cenizas del técnico serán esparcidas en el estadio de Rosario Central, club donde también dejó una huella imborrable. Así, Miguel Russo se despide, pero su legado queda grabado en la historia del fútbol argentino.