Desde el martes, se desplegó la «mayor operación en la historia» para frenar la expansión territorial de una importante banda de narcotraficantes, en Río de Janeiro.
En el megaoperativo participaron 2.500 policías y, hasta el momento, se reportaron 130 muertos en los enfrentamientos en las favelas Penha y Alemão.
La operación policial fue contra el Comando Vermelho, la principal organización criminal del país, formado en la década de los 70 por un encuentro de carcelarios, en la prisión de Candido Mendes.
La policía intentó avanzar sobre su territorio y ellos se resistieron: utilizando drones para atacarlos con bombas. La cifra de muertos ascendieron y los vecinos llevaron los cuerpos a la plaza São Lucas para que se pudieran identificar los cadávere.
El grupo actualmente está conformado por más de 30.000 miembros distribuidos en 25 estados brasileños, al mando del narco Luis da Costa. Ante esta situación, los ciudadanos quisieron salir de la ciudad y hubo cancelaciones en los servicios de transporte.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, criticó y negó que el gobierno nacional apoyará la operación con la intervención de las Fuerzas Armadas. Por su parte, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, habló y aseguró estar «horrorizado» por la cifra de muertos y ofreció trasladar a los detenidos a cárceles federales de máxima seguridad.
Por otro lado, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, confirmó una alerta máxima en fronteras para evitar el ingreso de los involucrados al país.




