Un cuidador tuvo que salir unos días de vacaciones y la nutria que cuidaba se puso tan triste que hasta dejó de comer.
La espera se hizo larga, pero volver a verlo le dio años de vida que no quiso despegar ni un segundo.
Un cuidador tuvo que salir unos días de vacaciones y la nutria que cuidaba se puso tan triste que hasta dejó de comer.
La espera se hizo larga, pero volver a verlo le dio años de vida que no quiso despegar ni un segundo.