Por la alta intensidad de los sonidos que producen, los fuegos artificiales se consideran molestos y perjudiciales para la salud por lo que se propone reemplazarlos por burbujas. Los más damnificados son las personas que viven con autismo u otras condiciones similares; y los animales, que son sensibles a estos ruidos inesperados. Por eso cada año se propone que se dejen de lado estas prácticas y reemplazarlas por otras más saludables como los burbujeros.
Persiguiendo ese mismo objetivo, grupos militantes se reunirán a pedir por una navidad con “Más luces, menos ruidos”, en Tafí Viejo.
“Que lo único que estallen sean las sonrisas”, dice la convocatoria que busca reunir a cientos de personas bajo un pedido común: no más estruendos.