El directorio del Fondo Monetario Internacional se reunirá este viernes para tratar formalmente un nuevo acuerdo financiero con Argentina. El paquete total ascendería a unos USD 20.000 millones, y se espera que en esta primera instancia se apruebe un desembolso de hasta USD 12.000 millones para reforzar las debilitadas reservas del Banco Central.
La reunión marcará el cierre de más de cuatro meses de negociaciones entre el equipo técnico del FMI y funcionarios del Gobierno argentino. El objetivo principal de la Casa Rosada es obtener respaldo en moneda dura que permita estabilizar el frente financiero, en un contexto donde las reservas netas siguen siendo negativas y persiste la tensión en los mercados internacionales.
Durante el encuentro, se evaluará tanto el contenido técnico como político del entendimiento alcanzado. Uno de los puntos clave será la modalidad en que se distribuirán los fondos y la disponibilidad que tendrá el Banco Central para utilizarlos. Desde el Gobierno aseguran que todos los dólares que ingresen serán de libre disponibilidad, al menos hasta 2027, cuando empiecen a ser relevantes los pagos de intereses.
También se espera que, a partir de esta definición, se abra la posibilidad de revisar el esquema cambiario actual, compuesto por el dólar blend y el crawling peg, que ajusta a razón del 1% mensual. La magnitud y velocidad de los giros podrían influir directamente en las restricciones vigentes y en la estrategia cambiaria del Ejecutivo.
Este nuevo acuerdo se cocina mientras los mercados globales sienten el impacto de nuevas medidas arancelarias anunciadas recientemente por Estados Unidos. La propia Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, advirtió sobre los riesgos de estas políticas proteccionistas y llamó a evitar acciones que puedan agravar el frágil escenario económico mundial.
La votación de este viernes será decisiva para el futuro inmediato de la economía argentina. Si el resultado es favorable, los primeros dólares podrían llegar en cuestión de días, brindando un respiro clave para el Gobierno en un año donde la estabilidad financiera es uno de los principales desafíos.