El pasado viernes, un terremoto de 7,7 de magnitud sacudió a Myanmar y llegó a afectar a Tailandia y el sur de China, llegando a cobrarse víctimas fatales.
Según los últimos informes, este sismo dejó al menos 1.002 muertos y 2.376 heridos y la cifra continúa en aumento, mientras que en la región de Mandalay, zona del epicentro del terremoto, hay cerca de 68 desaparecidos.
Medios birmanos reportaron que un viejo puente de Sagaing se derrumbó, mientras que el muro de uno nuevo se agrietó y la mayoría de las líneas telefónicas quedaron fuera de servicio. Asimismo, fueron destruidas casas residenciales en la ciudad de Mandalay, hoteles y residencias de Aung Pan, así como numerosas pagodas, monasterios y otros edificios religiosos en todo Myanmar.
Por este hecho, además de las pérdidas humanas se registraron importantes daños materiales como el derrumbe del principal puente que une Mandalay y Sagaing, la universidad y el muro del palacio real.
En Bangkok, Tailandia, también se confirmaron 10 fallecidos, además de que varios rascacielos resultaron dañados e incluso destruidos debido al fuerte temblor. El derrumbe de un edificio de 34 plantas de la Oficina del Auditor General en Bangkok causó la muerte de nueve personas e hirió a ocho, mientras 79 siguen desaparecidos.
