16/04/2025

INQUIETANTE ERROR EN LA CASA BLANCA: PLANES MILITARES DE LOS EE. UU. LLEGAN A UN PERIODISTA

Un error en la Casa Blanca generó un gran escándalo cuando se compartieron por accidente planes militares sensibles con un periodista de la revista The Atlantic. La revelación ocurrió cuando el redactor en jefe de la publicación, Jeffrey Goldberg, fue incluido sin su consentimiento en una cadena de mensajes en la aplicación Signal, en la que altos funcionarios del gobierno estadounidense discutían detalles de ataques militares contra los hutíes en Yemen.

Goldberg, quien recibió los mensajes a las 11:44 a.m. del 13 de marzo, encontró en el chat información crítica sobre los ataques, incluyendo detalles de los objetivos, las armas a utilizar y el calendario de las operaciones. El grupo de funcionarios involucrados en la conversación incluía al vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el asesor de seguridad nacional Mike Waltz, entre otros.

El 15 de marzo, la prensa internacional informó que Estados Unidos había iniciado los bombardeos contra los hutíes en Yemen, pero Goldberg ya conocía los detalles de los ataques dos horas antes, gracias al mensaje recibido por error. Aunque Goldberg inicialmente dudó de la autenticidad del mensaje, pronto confirmó que era genuino al ver que Waltz estaba coordinando la misión y mencionando sistemas informáticos clasificados.

El gobierno de Donald Trump, a través del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, admitió que el periodista había sido incluido accidentalmente en la cadena de mensajes. A pesar de este error, Hughes destacó que los ataques fueron un éxito y que no hubo compromisos en la seguridad nacional ni de las tropas.

Sin embargo, el incidente generó serias preocupaciones sobre la seguridad de las comunicaciones internas del gobierno. Goldberg advirtió que, si esa información hubiera caído en manos de un adversario de Estados Unidos, podría haber comprometido la seguridad de las fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente.

Tras el incidente, Goldberg se retiró del chat y contactó a los funcionarios involucrados para poner en conocimiento sobre el error. Este caso pone en evidencia la vulnerabilidad de las comunicaciones del gabinete estadounidense y el riesgo de errores en el manejo de información clasificada.