Activistas de Greenpeace realizaron una protesta en París, y se robaron la estatua de cera del presidente francés, Emmanuel Macron, del reconocido museo Grévin.
La estatua fue retirada sin autorización y trasladada frente a la embajada de Rusia como parte de una manifestación simbólica.
El objetivo de esta acción era denunciar lo que Greenpeace considera una contradicción en la postura del mandatario francés respecto a la guerra en Ucrania.
En este sentido señalaron que, mientras Macron expresa su apoyo a Kiev, permite que empresas francesas continúen comerciando con Rusia.