18/06/2025

33 AÑOS DEL ATENTADO A LA EMBAJADA DE ISRAEL: EL RECUERDO DE LOS SOBREVIVIENTES

El 17 de marzo de 1992, Buenos Aires se vio sacudida por uno de los atentados más trágicos de su historia. A las 14:42, un coche bomba impactó contra la Embajada de Israel en la intersección de Arroyo y Suipacha, dejando 29 muertos y más de 200 heridos. La explosión destruyó el edificio y causó daños en varias cuadras a la redonda, dejando una marca imborrable en la memoria colectiva.

A 33 años de aquel ataque, los sobrevivientes siguen reclamando justicia y mantienen vivo el recuerdo de quienes perdieron la vida. En el marco del aniversario, la Embajada de Israel, AMIA y el Congreso Judío Latinoamericano presentaron el proyecto Voces de la Embajada, un sitio web que recopila testimonios en primera persona de 14 víctimas que reviven el horror de aquel día.

Jorge Cohen, uno de los sobrevivientes, recuerda: “La embajada voló por el aire con todos nosotros adentro”. Como él, otros empleados diplomáticos y transeúntes se vieron envueltos en la tragedia. “Hasta ese día de 1992 tenía una vida feliz y normal. Disfrutaba de mi familia y mis amigos. Iba feliz a trabajar todos los días”, cuenta Víctor Nisenbaum, quien tenía 24 años en el momento del atentado.

El ataque también se cobró la vida de personas que simplemente pasaban por el lugar, como un taxista y el cura párroco Juan Carlos Brumana, quien se encontraba en la parroquia Mater Admirabilis frente a la embajada.

A pesar del paso del tiempo, el atentado sigue impune. «No hay una sola persona detenida», lamenta Martín Golberg. Mirta Berelejis agrega: «Esperamos que algún día se sepa quién fue la conexión local, pero no sé si lo sabremos».

Desde la comunidad judía insisten en la importancia de mantener viva la memoria. “El valor de registrar estos testimonios es incalculable”, afirma Amos Linetzky, presidente de AMIA. En tanto, Claudio Epelman, director del Congreso Judío Latinoamericano, destaca: “Es imprescindible que estas voces sean escuchadas y perpetuadas para las futuras generaciones, porque es a través de la memoria que se puede construir un futuro más seguro y vivir en paz”.