El Vaticano anunció que el próximo miércoles 7 de mayo comenzará el cónclave en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica. La decisión fue tomada este lunes tras una reunión de más de dos horas entre los cardenales, donde también prestaron juramento aquellos que aún no lo habían hecho.
Durante el encuentro, 20 cardenales compartieron sus reflexiones sobre los desafíos que enfrenta la Iglesia y las cualidades necesarias para el futuro pontífice. Entre los oradores estuvieron el alemán Reinhard Marx, el filipino Luis Antonio Tagle y el francés Dominique Mamberti.
El vocero del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó además que se debatió la situación de Angelo Becciu, el cardenal sancionado por Francisco tras su implicación en un caso de corrupción financiera. Aunque Becciu insiste en su derecho a participar del cónclave, aún no se ha definido oficialmente su situación.
La jornada del 7 de mayo comenzará con una misa en la Basílica de San Pedro. Luego, los cardenales se trasladarán a la Capilla Sixtina, que fue cerrada este domingo para preparar el recinto donde se llevará adelante la elección bajo estrictas medidas de aislamiento.
Del total de 252 cardenales que conforman el colegio cardenalicio, solo 134 menores de 80 años tendrán derecho a voto. Aun así, el resto de los purpurados estarán presentes en Roma para acompañar las discusiones previas y aportar sus opiniones en las congregaciones generales.
Hasta la apertura del cónclave, el Vaticano se encuentra atravesando el período de «novendiales», marcado por misas diarias y encuentros reservados entre los cardenales. Estos encuentros son clave para definir el perfil del nuevo papa, en un escenario donde se percibe una tensión entre quienes buscan continuar con el legado de Francisco y aquellos que impulsan un cambio más profundo.
El arzobispo de Múnich, Reinhard Marx, anticipó que la elección «no será prolongada» y estimó que el proceso podría resolverse en pocos días. Para el prelado alemán, el próximo pontífice deberá ser una figura capaz de comunicar con claridad y reafirmar la centralidad del Evangelio, respondiendo al sentir del pueblo de Dios.