24/06/2025

«SOY UN HOMICIDA, PERO NO UN FEMICIDA»: LA DECLARACIÓN DE NÉSTOR SOTO EN EL JUICIO POR EL CRIMEN DE CATALINA GUTIÉRREZ

En una declaración cargada de emoción, Néstor Soto, acusado del asesinato de la influencer y estudiante de arquitectura Catalina Gutiérrez, reconoció su responsabilidad en el crimen, pero insistió en diferenciarlo de un femicidio. «Soy un homicida, pero no un femicida», afirmó ante el jurado popular en la sexta jornada del juicio que se lleva adelante en Córdoba.

Soto, de 22 años, rompió en llanto al dirigirse a la familia de la víctima: «No hay día que no me arrepienta de lo que hice. Quiero pedirles disculpas de todo corazón». También reflexionó sobre su vida antes del crimen: «Era perfecta, estudiaba, salía con amigos… y ahora estoy en una cárcel».

El acusado enfrenta cargos por homicidio calificado, aunque en los últimos días la calificación legal sufrió modificaciones. Inicialmente se le imputaba el agravante de alevosía y violencia de género, pero el fiscal Marcelo Sicardi eliminó la alevosía y sumó la figura de «criminis causa», al considerar que Soto asesinó a Gutiérrez para encubrir agresiones previas. De todas formas, el cambio no altera la posible pena máxima: prisión perpetua.

Mensajes clave y una coartada fallida

Uno de los momentos más reveladores del juicio se dio cuando el detective de Homicidios Rodolfo Palazzi presentó los análisis de los teléfonos de la víctima y del acusado. La reconstrucción de los mensajes intercambiados evidenció los intentos de Soto por desviar la investigación.

El 17 de julio de 2024, ambos coordinaron un encuentro en un bowling. A las 21.30, Catalina avisó que estaba en camino. Según registros, Soto tomó un Uber para regresar a su casa, pero luego la llamó insistentemente antes de su llegada. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que la joven estacionó y entró a su edificio con Soto detrás.

Lo más inquietante fue lo que ocurrió después. Minutos después de cometer el crimen, Soto envió mensajes a Catalina simulando estar esperándola en otro lugar: «¿Qué onda, gila?», le escribió a las 21.58. Luego, avisó a sus amigos que la salida se había cancelado porque «ella nunca llegó».

Las imágenes de las cámaras de seguridad lo ubicaron más tarde descartando una bolsa en la esquina y trasladando el cuerpo de Catalina hasta su Renault Clio. Finalmente, condujo hasta un descampado en barrio Ampliación Kennedy, donde abandonó el auto con el cadáver adentro y lo incendió.

Durante la reproducción de las filmaciones en la Cámara Undécima del Crimen, Soto observó las imágenes sin expresar emoción, mientras que los padres de Catalina rompieron en llanto al ver cómo su hija era sacada del departamento sin vida.

El juicio continuará con los alegatos este jueves y se espera que el veredicto se dicte el viernes.