Una filtración encendió la discusión entre fanáticos y especialistas: la selección brasileña podría dejar de lado el clásico azul o blanco como indumentaria alternativa en el Mundial 2026 y optar por una camiseta de color rojo.
Según el medio brasileño Lance!, el diseño ya habría sido aprobado por la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) el año pasado. La novedad: un modelo rojo con detalles en negro y el logo de la marca Jordan, que reemplazaría al tradicional símbolo de Nike. Este modelo fue replicado por el sitio especializado Footy Headlines, lo que potenció el debate en redes sociales y medios.
La camiseta alternativa rompería con una estética histórica que suele alternar entre el azul y el blanco, y marcaría la primera vez que Brasil vestiría de rojo en una Copa del Mundo. No sería, sin embargo, la primera aparición de este color en su historia: ya se utilizó de manera ocasional en el Sudamericano de 1917 y 1937.
Entre las voces críticas, el periodista Gabriel Vaquer, del diario Folha de S. Paulo, expresó en redes sociales su rechazo: “Pasar del azul al rojo y negro en la segunda camiseta es uno de los errores más grandes que ha cometido la CBF”, opinó con dureza.
El diseño, aún no confirmado oficialmente por la CBF ni por la marca que viste a la selección, mantiene el escudo en el centro del pecho, como en ediciones recientes. El lanzamiento está previsto para marzo de 2026, durante la última fecha FIFA antes de la convocatoria mundialista.
A pesar del revuelo, algunos usuarios defendieron la elección del color rojo apelando a referencias históricas: el nombre del país deriva del Pau-Brasil, un árbol caracterizado por su savia rojiza, y símbolos similares aparecen en prácticas de pueblos originarios.
La camiseta titular seguirá siendo amarilla, según informó el portal GE. Lo que estaría en duda es la continuidad del tradicional uniforme azul como segunda opción.
Mientras tanto, el debate sigue abierto: ¿innovación con raíz histórica o alejamiento de una identidad futbolera inconfundible?
