Este sábado continúan los preparativos de la Capilla Sixtina de cara al Cónclave que iniciará el próximo 7 de mayo. Desde el pasado viernes se llevó a cabo la instalación de la chimenea donde, en los próximos días, el mundo esperará la señal tan esperada: el humo blanco, el signo de la elección del sucesor del Papa Francisco. La chimenea, conectada a dos estufas en el interior de la Capilla, es el punto del que sale el humo: el negro, cuando aún no se ha alcanzado la mayoría cualificada de dos tercios, y el blanco cuando se ha producido la elección.
Entre otras instalaciones, los trabajadores incluyeron la colocación de un falso suelo para nivelar el espacio, mesas de madera donde se votará, además de instalarse una rampa de acceso para facilitar el ingreso de los cardenales en silla de ruedas.
Habrá cuatro votaciones al día, dos por la mañana y dos por la tarde, y después de la 33ª o 34ª votación, sin embargo, habrá una segunda vuelta directa y obligatoria entre los dos cardenales que hayan recibido más votos en la última votación. Sin embargo, incluso en este caso, siempre será necesaria una mayoría de dos tercios. Los dos cardenales restantes no podrán participar activamente en la votación. Si los votos a favor de un candidato alcanzan los dos tercios de los votantes, la elección del Pontífice es canónicamente válida.