17/05/2025

LAS ÚLTIMAS VOLUNTADES DE FRANCISCO: UNA TUMBA HUMILDE Y SU LÁPIDA SIN ADORNOS

Tras su fallecimiento, se dio a conocer el testamento del papa Francisco, donde dejó expresadas con claridad sus voluntades respecto al funeral y su lugar de descanso final. El documento revela su deseo de una despedida sencilla, en consonancia con el perfil austero que mantuvo durante su pontificado.

El Papa solicitó ser sepultado en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, un sitio muy significativo para él. “Santuario mariano al que he acudido en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico para confiar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados”, escribió.

Pidió que su tumba esté en la tierra, sin decoraciones especiales, y que lleve solo una inscripción: “Francisco”. Además, indicó que sus restos deben ubicarse en el pasillo entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza de la misma basílica. Los costos de la sepultura estarán cubiertos por una suma que él mismo dispuso, según informó, y cuyo destino fue confiado al arzobispo Rolandas Makrickas.

En las primeras líneas del testamento expresó: “Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena y con viva esperanza en la vida eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria solo en cuanto al lugar de mi sepultura”. También reafirmó su devoción a la Virgen María y su deseo de que su “último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario”.

 

UNA DESPEDIDA CON HUMOR Y REFLEXIÓN

Su último contacto con la prensa fue breve pero significativo. Ocurrió durante el Jueves Santo, a la salida de la cárcel de Regina Coeli, en Roma, donde realizó una visita pastoral. A pesar de su delicado estado de salud, respondió con su característico humor a la consulta de cómo se sentía: “Me siento sentado”.

También compartió una reflexión sobre su paso por la prisión: “Cada vez que visito este lugar me pregunto, ¿por qué ellos y no yo?”. En línea con lo que había dicho en diciembre, reafirmó que “una cárcel puede convertirse en una basílica”.

Consultado sobre cómo vivía esas Pascuas, luego de haber sido internado por una neumonía bilateral, el papa respondió con sencillez: “Las vivo como puedo”.