El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció un alto el fuego temporal con Ucrania, que tendrá lugar entre el 8 y el 11 de mayo, en el marco de las celebraciones por el 80° aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial. La decisión fue comunicada oficialmente por el Kremlin, que indicó que durante esos días Rusia recibirá a varios líderes internacionales.
Entre las autoridades que confirmaron su presencia en Moscú el 9 de mayo figuran el presidente chino Xi Jinping, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el primer ministro eslovaco Robert Fico, entre otros. El gobierno ruso busca garantizar que los festejos, incluido el tradicional desfile militar en la Plaza Roja, se desarrollen sin incidentes ni amenazas de ataques con drones.
Desde Kiev, la respuesta no se hizo esperar. El ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sibiga, reclamó que el cese de hostilidades se extienda por al menos 30 días. A través de un comunicado en sus redes sociales, expresó: «Si realmente hay voluntad de paz, Rusia debería cesar el fuego de inmediato y de forma duradera, no solo por unos días ni para un desfile militar».
El Kremlin sostuvo que la propuesta de alto el fuego tiene un carácter «humanitario» y exhortó a Ucrania a seguir el mismo camino. Al mismo tiempo, advirtió que cualquier violación de la tregua por parte de Kiev será respondida de manera «rápida y efectiva» por las fuerzas rusas.
La iniciativa se suma a otra tregua breve decretada por Moscú el pasado 19 de abril durante la celebración de la Pascua ortodoxa, en la que, según reportes oficiales, la actividad bélica se redujo notablemente durante 30 horas. A raíz de aquel antecedente, Rusia se mostró dispuesta a reactivar negociaciones para poner fin a un conflicto que ya supera los tres años.
Por otro lado, en declaraciones recientes al diario brasileño O Globo, el canciller ruso Serguéi Lavrov reiteró las condiciones impuestas por Moscú para alcanzar un acuerdo de paz: el reconocimiento internacional de la soberanía rusa sobre Crimea, Sebastopol y las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. Además, insistió en la necesidad de que Ucrania mantenga una postura neutral y renuncie a integrarse en bloques militares como la OTAN.
Lavrov también exigió que se deroguen las leyes ucranianas que, según Moscú, discriminan la cultura rusa, sus tradiciones y su lengua. Entre otros reclamos, mencionó la necesidad de levantar las sanciones impuestas a Rusia, anular procesos judiciales abiertos contra funcionarios rusos y recuperar activos económicos congelados en el extranjero. Finalmente, subrayó que Rusia buscará obtener garantías de seguridad frente a lo que considera amenazas provenientes de la OTAN, la Unión Europea y sus aliados.