Tensión en California tras el despliegue de la Guardia Nacional y la represión de manifestaciones lideradas por comunidades latinas.
Unos 2000 miembros de la Guardia Nacional comenzaron a arribar a Los Ángeles este domingo, por decisión del presidente Donald Trump, con el objetivo de contener las crecientes protestas contra las operaciones migratorias en la ciudad.
El despliegue generó fuertes enfrentamientos en el centro de Los Ángeles, donde manifestantes —en su mayoría de origen latino— se concentraron frente al Centro de Detención Metropolitano. Testigos reportaron el uso de gases lacrimógenos por parte de agentes federales y al menos una persona resultó herida durante la represión. También hubo detenciones.
La medida federal fue considerada por el gobernador de California, Gavin Newsom, como una acción “provocadora”, al tratarse de una intervención inusual en un estado que ya cuenta con sus propias fuerzas de seguridad.
El despliegue se da en el marco de una serie de redadas impulsadas por autoridades migratorias, incluso en zonas comerciales como el Distrito de la Moda, lo que ha provocado rechazo y movilizaciones por parte de organizaciones y vecinos.
La escalada alcanzó un nuevo nivel luego de que Tom Homan, asesor en políticas migratorias y exfuncionario de ICE, advirtiera que tanto la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, como el propio gobernador Newsom podrían ser arrestados si interfieren con las operaciones federales. “Ocultar a un inmigrante sin papeles es un delito grave”, afirmó Homan en declaraciones a NBC News.
La situación sigue generando repercusiones a nivel nacional y alimenta el debate sobre las políticas migratorias impulsadas desde la Casa Blanca.
