En el marco del Día Mundial de la Salud, profesionales de la salud advierten sobre el avance silencioso de enfermedades crónicas en el país. Diabetes, hipertensión, obesidad y afecciones respiratorias siguen en aumento y afectan cada vez a más personas adultas, muchas sin siquiera saberlo.
Según datos nacionales recientes, más del 66% de la población adulta tiene exceso de peso, lo que incrementa el riesgo de padecer múltiples enfermedades. Uno de cada cuatro argentinos es hipertenso, pero un tercio no lo sabe. En el caso de la diabetes, casi el 13% de los mayores de 18 años la padece, y un 40% aún no fue diagnosticado.
“Los controles médicos se están dejando de lado, y eso complica la detección temprana. Muchas veces las enfermedades aparecen por sorpresa, durante una consulta por otro motivo”, advierte el Dr. Marcelo Melo, director del Hospital de Clínicas, quien insiste en que la prevención es fundamental para mejorar la calidad de vida.
A esto se suman los problemas respiratorios como el asma, la EPOC y las neumonías, que se agravan en épocas de frío. Y aunque el consumo de tabaco bajó, aún provoca unas 45.000 muertes por año en el país.
También preocupa el impacto de los trastornos mentales. Ansiedad y depresión aumentan especialmente entre jóvenes, con un 30% más de consultas en el último año. Al mismo tiempo, crece el consumo de tranquilizantes sin receta médica, lo que pone en riesgo a quienes buscan alivio rápido sin un seguimiento profesional.
Las enfermedades crónicas no solo afectan la salud, también implican altos costos para el sistema sanitario. La mayoría comparte causas prevenibles: mala alimentación, sedentarismo, tabaquismo y falta de chequeos médicos.
CUIDARSE A TIEMPO ES VITAL
Los especialistas recomiendan medidas simples pero efectivas:
- Comer mejor y reducir el consumo de sal.
- Hacer actividad física regularmente.
- Realizar controles médicos periódicos.
- Vacunarse contra enfermedades respiratorias.
- Y hablar de salud mental sin prejuicios, con acceso a tratamientos adecuados.
Invertir en prevención no solo salva vidas: también evita tratamientos costosos y reduce el impacto en el sistema de salud. La clave está en anticiparse.