El Manchester City le puso un cierre de oro a una temporada histórica: vapuleó a Fluminense con una goleada 4 a 0 en Arabia Saudita y levantó por primera vez en su historia el trofeo del Mundial de Clubes. Significó, a su vez, la cuarta consagración para Josep Guardiola, quien ya se había colgado la medalla con el Barcelona en dos oportunidades y una con el Bayern Múnich.
El Mundial de Clubes redondeó así un año impecable, ya que este título se sumó a la conquista de la Premier League, la Copa de Inglaterra, la Champions League y la Supercopa de Europa. Sólo el Arsenal pudo frustrar una vuelta olímpica: le arrebató la Community Shield en una tanda de penales.